El tabú de la menstruación

¿Alguien recuerda la primera vez que escuchó la palabra menstraución?

Tengo un recuerdo imborrable de unas vacaciones con mi familia cuando tenía unos 8 años. Solíamos pasar los veranos en una ciudad costera hermosa, en Argentina. Casi siempre íbamos con otras familias. A veces eran parientes y a veces, amigos de mi papá y mi mamá con sus hijos. Yo amaba esos veranos….

Esta ciudad era muy segura, así que los más chicos andábamos solos para todos lados. Un día (de esos soleados y espectaculares que te dan ganas de agradecerle al universo por estar viva), estábamos paseando por la playa con dos de mis amigas más grandes. Yo tenía 8 años así que ellas tendrían 12 y 14. De repente, de la nada, la mayor empezó a decirnos que teníamos que volver a la casa uregente. ¡URGENTE!. Yo no entendía nada porque era raro querer volver a encerrarse con semejante día. Entonces, justo cuando estaba por preguntar cuál era el problema, la miré y vi que tenía sangre entre las piernas.

Me quedé helada. ¿De dónde le salía sangre? ¿De la panza? Me parecía muy raro que ella caminaba cada vez más rápido y ni siquiera se miraba las piernas. Casi corriéndo detrás de ella, le pregunté por qué estaba sangrando y si se había lastimado. Se le transformó la cara. Se puso colorada como un tomate, largó una risita nerviosa y me preguntó, «¿tu mamá no te contó lo que les pasa a las chicas cuando llegan a la adolescencia?». Me hablaba con un tono tan condescendiente que me sentí una tonta. Evidentemente, había un secreto a voces del que no me había enterado. Agaché la cabeza, avergonzada, y le dije que no. Honestamente, no tenía idea de qué me estaba hablando.

Se volvió a reír. Pero esta vez se dio cuenta de que me había transferido su vergüenza y creo que eso la hizo reflexionar. Dejó de reírse. Con una paciencia digna de una maestra jardinera, me contó todo lo que ella sabía sobre la menstruación. Fue bien clara y gráfica, para que pudiera entender bien. Aluciné. «¿Así es como sabemos que ya podemos tener un bebé? ¿Así pasamos de ser niñas a ser mujeres?»

No bien llegamos a la casa, fui corriendo a contarle a mi mamá lo que había aprendido. ¡Estaba extasiada! Mi mamá estaba charlando con «los grandes» en el living. Prácticamente a los gritos, le dije, «¡Ma! ¡Jesi está menstruando! ¡Ya me contó todo!». Todos me miraron. Los hombres, me miraban y miraban a las mujeres, cual partido de tenis, sin saber qué decir. Las mujeres me miraban un poco avergonzadas, como si hubiera dicho algo que estaba prohibido. Mi mamá me llevó a otra habitación y me explicó con todo su amor (una característica muy de ella, por cierto) que no tenía que hablar de la menstruación adelante de todos —menos, de los hombres. Le hice muchas preguntas y me respondió todo, pero insistió una y otra vez en que eso era cosa de mujeres y que no tenía que hablarlo, como quien dice, a los cuatro vientos. 

Desde entonces, pienso mucho en la menstruación. ¿Por qué hay tanto secretismo? A medida que fui creciendo, fui investigando. Para mi sorpresa, las cosas no habían cambiado mucho desde aquel verano del ’93. Por ejemplo, en la escuela, nos enseñan sobre el proceso biológico que sufre nuestro cuerpo. Nos dicen que la menstruación viene cada 28 días y listo. No nos explican nada de toallitas (compresas), tampones u otras alternativas. Si lo piensas bien, descubrimos los productos menstruales por medio de la publicidad. Y la publicidad, como bien nos enseñó Mad Men, ha sido un mundo más bien de hombres. Entonces, siguiendo el consejo de mi mamá, me pregunto, ¿por qué habría hombres a cargo de un tema del que saben poco y nada? ¿Por qué son ellos quienes nos «enseñan» sobre menstruación si ni siquiera puede hablarse del tema en su presencia?

¡Ojo! No es que quiera mostrar mi lado feminista aquí. Son preguntas que me hago. Probablemente, mi querida lectora, también te hayas preguntado lo mismo. Seamos sinceras, ¿alguna vez te has sentido identificada con una publicidad en la que te muestran «sangre» azul? ¿O tal vez, esas que te dicen que mientras menstrúas te sientes espectacular? ¿Y qué hay de esos comerciales que te muestran usando pantalones blancos durante tus días menstruales? Ninguna mujer en la historia de la humanidad menstrúa azul, ni se siente perfecta o ha querido usar pantalones blancos durante su periodo.

Lo que SÍ queremos y necesitamos es educación menstrual. Que nos expliquen temas reales de un modo que todas podamos entender. Algo así como lo que hizo mi amiga Jesi conmigo hace unos cuantos años.

Por eso, y teniendo siempre presente que no me considero ninguna experta en esta materia, solo sabiendo que el tema me interesa muchísimo y que tuve la suerte de traducir el trabajo de alguien que sí es experta, me animo a intentar escribir una serie de artículos sobre la menstruación. Quiero tratar temas de los que me hubiera gustado que me enseñen antes, como la variedad de productos menstruales que existen; el dolor menstrual; las enfermedades relacionadas con la menstruación; la importancia de la ovulación para nuestra salud; los métodos anticonceptivos, y más.

Te invito a seguirme en mis redes sociales, donde te voy a contar cada vez que publique un artículo nuevo. Espero que esto te genere tanto entusiasmo como a mí. Y si hay algo en especial de lo que te gustaría que hable, ¡no dudes en dejarme un comentario!

¡Hola! Soy Ariadna, de ariadnatranslations.com

Estoy aquí para compartir ideas y reflexiones sobre mi trabajo como traductora. Me encanta escribir sobre lenguaje, mujeres/feminismo, salud y bienestar —entre otros temas interesantes. Si te gustó lo que leíste, te invito a compartirlo en tus redes sociales.